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Kebab. Pero a la parmesana!
Un nuevo bocadillo típico
El kebab a la parmesana ha llegado. "La idea del sándwich nació para contrastar el kebab original", explica Walter Brindani, inventor del bocadillo y fundador de “La Clinica del panino” (“La clínica del bocadillo”), un lugar abierto en 1977 para convertirse en el hogar de la comida rápida parmesana.
Presente ahora en toda Italia junto a las pizzerías y las charcuterías, el kebab se propone como una alternativa para los que quieren comer algo rápido sin gastar mucho dinero. Parma, proclamada por la UNESCO como ciudad creativa para la gastronomía, decidió ofrecer su propia versión del típico sándwich turco.
Así, en las calles donde el cerdo ha hecho la historia de la cultura culinaria local, se ofrece la reinterpretación del plato oriental, sustituyendo la carne de cerdo por la de cordero.
El hombro del cerdo se asa y se corta en tiras. Se presenta asì el kebab a la parmesana, sobre una alfombra de verduras crudas o a la parrilla, dentro de un un bollo de pan tostado empapado en salsas de tu elección.
Sin embargo, la receta no se creó con el objetivo de combatir la cocina extranjera; es importante que haya más opciones, confirma Brindani. Y es precisamente de esta idea de la que nace el bocadillo: el objetivo es proponer una alternativa que haga referencia a la cocina local, sin hacer la guerra a la cocina extranjera. Recrear un bocadillo que no pertenece a nuestra cultura, adaptadolo a los gustos de los parmesanos. En resumen, rehacerlo al estilo parmesano.
Pero, ¿qué opinan los clientes del kebab emilianense? "El sabor no es en absoluto el mismo que el del kebab tradicional -explica Lara, una de las clientes de Walter- el sabor del cerdo asado es inconfundible". Y es precisamente en la carne en la que se centra el restaurante. "El cerdo es nuestro símbolo", dice Walter, mientras prepara los ingredientes que necesita para hacer sus bocadillos. Esos ingredientes, que también son su punto fuerte. "El kebab a la parmesana no es el típico sándwich de comida rápida. - Lara explica al degustar el plato - Al comerlo puedes sentir el cuidado y el detalle en la composición del bocadillo, puedes sentir la calidad de los productos locales. No es un alimento que se toma a toda prisa. Realmente te dan ganas de sentarte y tomarte tu tiempo para comerlo".
¿Y qué piensa en cambio un vendedor turco de kebabs de esta reinterpretación? "Depende del gusto", dice Mutlu, de “La Valle dell'Eden” (“El valle del Eden”). Cada país cocina según sus propios ingredientes típicos. En Turquía, por ejemplo, el kebab se hace con cordero, mientras que en Italia se utiliza más la ternera y el pavo, explica el restaurador. Y entonces, si es cierto que para luchar contra el racismo y conocer el mundo hay que degustar los platos típicos, quizá sea aún más cierto que para iniciar el proceso de integración hay que empezar por la integración en la cocina. Y el kebab a la parmesana es esto: un primer paso hacia un mundo de platos mixtos.