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Rice cake. las versiones emiiana y carrarina
Una receta muy antigua
Tanto la Toscana, mi tierra natal, como Emilia Romagna, mi región adopta, siempre han luchado por la paternidad de la torta de arroz. Apodada "Torta degli Addobbi" en las zonas de Parma, Reggio Emilia y Bolonia, es conocida en cambio como "Torta alla carrarina" en la provincia de Massa Carrara, con esa pizca de parroquialismo y egocentrismo que distingue a mis compañeros de pueblo.
Al formar parte de un patrimonio culinario muy antiguo, es difícil rastrear el origen real de este postre. De hecho, algunas fuentes autorizadas hablan de su presencia ya en 1470. Siempre a partir del análisis de los testimonios históricos, la primavera resulta ser el periodo habitual para la preparación de este manjar en todos los territorios en los que se conoce.
Hay una razón básicamente práctica para ello. De hecho, esta es la temporada en la que las gallinas generan más huevos, un componente fundamental e ineludible de la masa. Hasta el día de hoy, la tradición no se ha roto: en Carrara se cocina típicamente con motivo del día de San José, el santo patrón de la ciudad, mientras que en Bolonia y los países vecinos, se sirve durante las festividades en honor a Santa Rita.
Los ingredientes básicos son los mismos: arroz, leche, huevos, azúcar y, por último, para dar sabor a alchermes, una baya de vainilla y la cáscara de un limón sin tratar.
A pesar de ser un pastel ya bastante rico y sustancial, ya que algunas versiones incluso proporcionan doce huevos para una sartén para cuatro personas, tanto las recetas emiliana como la romana incluso traen la adición de almendras peladas, cedro confitado y macarrones desmenuzados. Sin embargo, los cambios no terminan ahí. De hecho, la Torta degli Addobbi prevé una generosa aspersión de azúcar glas en la superficie: un acto inaceptable en la Toscana.
Y querida abuela, si te estás preguntando cómo es posible que yo sepa todas estas cosas de la tarta de arroz emiliano, debo confesar que sí: la probé. Pido perdón por traicionar tu sagrada receta, aunque debo confesar que la almendra crujiente se mezcla a la perfección con la cremosidad de la masa. Si yo fuera tú algún día lo intentaría.